La Leyenda Del Silbón





La leyenda de “El Silbón” es una de las leyendas latinoamericanas más conocidas que rondan en por el continente. La historia empieza con un joven que descubrió algo extraño entre su esposa y su padre. Un día, presencio como su padre, tras golpearla y violarla, asesinó a la mujer con sus propias manos, supuestamente porque era una mujerzuela, una regalada, y que se lo había buscado. De la cólera, el joven peleo contra su padre cuerpo a cuerpo, hasta que agarró un palo y lo asfixio con este. A continuación, destripo por completo el cuerpo muerto de padre. Para su mala suerte, el abuelo había escuchado todo el problema, ya que se encontraba cerca, así que fue corriendo a ver qué pasaba. Tras encontrarse con la terrible escena, juró darle su merecido al joven por haber asesinado a quien le dio la vida. El señor mandó a atar al joven a un poste en medio del campo, y destruirle por completo la espalada con una lluvia de latigazos. Sus heridas fueron frotadas con ají, y luego fue soltado para que dos perros lo persiguieran y terminaran con su vida. Finalmente, el abuelo maldijo a su nieto y lo condenó a portar los huesos de su padre por toda la eternidad.

Su característica más notable es la de escucharlo silbar las notas musicales, subiendo el tono hasta fa, y bajando hasta la nota si. Existe la creencia de que, si lo escuchas silbar de cerca, no debes preocuparte, puesto que su alma se encuentra muy lejos de donde estas; pero si escuchas los silbidos a la distancia, preocúpate, porque podría estar atrás tuyo. Al parecer lo único que puede salvar a las personas que son visitadas por este ser, es el ladrido de un perro, un ají o llevar látigos en la mano.

Sus víctimas preferidas son los borrachos y los mujeriegos. La leyenda cuenta que cuando el Silbón encuentra a una víctima, le succiona el ombligo para beber el alcohol que tengan en su cuerpo, en caso se trate de un borracho. A los mujeriegos los despedaza, les quita los huesos, y lo mete al saco donde lleva los restos de su padre.

Las personas que aseguran haberlo visto, dicen que el Silbón luce como un hombre delgado, alto y con sombrero, todo sombrío, caminando entre las copas de los arboles mientras emite su escalofriante silbido. Además, hace crujir los huesos de sus múltiples víctimas que lleva dentro del saco. Imaginen por un segundo lo aterrador que sería si esto te sucede.


Su procedencia es Colombiana-Venezolana, y son muchas las personas que aseguran haberse topado con él. Se dice también que el Silbón puede aparecerse cerca de una casa a contar los huesos que lleva en el saco, uno por uno. Si una o más personas lo escuchan, nada sucede, pero si nadie lo escucha, al amanecer, un miembro de la familia de la casa no despertara nunca más.




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